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Una emergencia sanitaria se prevé desde ya en las sedes de las tres firmas involucradas en el escándalo del cartel de los pañeles cuando a partir de mañana comiencen a recibir en sus oficinas cajas llenas de estos productos de aseo ya usados por bebés afectados.

Esta fue la manera que eligieron para protestar los afiliados a Colbebés, entidad que defiende los derechos de los consumidores de pañales en el país. Cerca de 20.000 afiliados acordaron acumular pañales sucios para enviárselos vía Servientrega a Kimberly, Familia y Tecnoquímicas, las empresas presuntamente vinculadas al cartel.

«Hemos preparado cuidadosamente la protesta simbólica, hemos sido enfáticos entre nuestros afiliados que solo se enviarán pañales con popó de calabaza,acelga y ahuyama, que es el que más feíto huele y más mancha», afirmó a este medio su coordinadora para Bogotá-Cundinamarca, Damaris Peña. «Permítame la oportunidad para recordarles: nada de solo chichi, esto es en serio y necesitamos ser contundentes con el olor, que a esta altura es lo único que nos queda» afirmó Peña para luego desmentir tajantemente y atribuir al cartel la proliferación de versiones sobre un supuesto abuso en el suministro de granadillas con el fin de aumentar la producción de los menores con miras a esta movilización.

«No nos preocupa», aseguró un vocero de las tres marcas. «Tal vez si cada una por aparte tuviera el lío ahí sí sería grave, pero como ha ya quedado suficientemente quedado claro nosotros tenemos una excelente comunicación que nos permitirá aunar esfuerzos para disponer de la porquería que nos manden y, por qué no, para llevar a cabo una retaliación de la que se enterarán cuando compren su próximo paquete».

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