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En un hecho que es motivo de orgullo para la academia colombiana y, en general, la intelectualidad del área andina, Cristian Lettelier, antropólogo colombiano, hijo de padres chilenos, batió ayer la marca mundial de mayor tiempo sin citar a Foucault que se encontraba en poder de un argentino quien la ostentaba desde 1988.

Lettelier obtuvo la conquista en el marco del tradicional bazar de ideas que organiza desde 1934 el XII arrondisement de la capital francesa todos los 18 de abril para darle la bienvenida a la primavera. En él suelen tener lugar peculiares competencias dirigidas a los estudiantes que conforman el 45% de su población.

Residente en Paris donde adelanta -desde 1995- un doctorado en nuevas semánticas fitosanitarias aplicadas al desarrollo a escala humana con perspectiva multigénero y pluriterritorial, Lettelier se mostró confundido por su nuevo logro.

«Sí, claro, claro que me alegra, pero me preocupa porque tres horas sin citar a Foucault pueden perfectamente minar mi estatus y credibilidad ante mis pares, además, como lo dice Foucault, detrás de cada tabla, índice o intento de hostil homogenización a partir de raseros impuestos se esconde una estructura de micropoder», afirmó ya fuera de competencia.

Aseguró que participó «porque necesitaba la plata, compañero», para pagar dos meses de arriendo de su costoso atelier. Deudor platino de Colfuturo y diamante de Icetex, Lettelier fue reconocido en 2008 como la persona natural que más apoyo ha recibido de la cooperación europea con fines académicos en toda la historia de la Unión.

«Los rivales más duros eran los argentinos y los mexicanos. La primera ronda fue bien, porque era simular una cátedra, ahí nos dejaban citar a Deleuze, Derrida y Barthez y ahí me defendí, luego tuvimos que hacer de cuenta que sustentábamos una tesis y ahí ya se puso brava la cosa, pero se nos dieron, valga la redundancia, citando a Foucault, las cosas. Ya después en lo de pedir un cigarrillo sin citar al maestro si me jodieron, ahí sí tampoco, pero menos mal al argentino lo habían descalificado porque un man que sabía leer labios lo pilló citándolo en voz muy baja».

Sobre sus expectativas, esto dice: «si el euro sigue así como va pues qué, me toca el año entrante volver, lo jodido es que no creo que pueda pasar más allá de la ronda del cigarrillo, es que la siguiente prueba es levantarse una vieja sin citarlo. Imposible, parce».

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