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La aplicación Mi cucho alquila ancianos para evitar hacer filas en bancos y lugares públicos.
La aplicación Mi cucho alquila ancianos para evitar hacer filas en bancos y lugares públicos.

La innovación no para en Medellín. La empresa Aburrasoft, una joven startup del sector de la tecnología, presentó a medios de comunicación y líderes de opinión una nueva aplicación que alquila ancianos para que hagan las filas que los usuarios del programa deben hacer todos los días. Michael Miguel Jaramillo, vicepresidente de Aburrasoft explica la funcionalidad de la aplicación:

«Últimamente la sociedad se ha vuelto más consciente con los problemas de la tercera edad y ha puesto muchas facilidades para ellos como filas especiales, asientos en salas de espera y todo tipo de ventajas. Ahí es donde vimos la idea de negocio y decidimos crear un sistema de alquiler de ancianos para que los usuarios de nuestra aplicación puedan acceder también a las ventajas de un adulto mayor, sin serlo. Es un win-win, pues gana el abuelo unos pesitos para su droga, sus pañales o lo que sea que necesite y gana el ciudadano, ¿no es la verraquera?»

La aplicación que ha sido llamada «Mi Cucho» le alquila un anciano al usuario por horas o días. En ese tiempo, el anciano usa las filas preferenciales y hace los trámites del usuario que lo alquila en un tiempo mucho menor de lo que lo haría una persona común y corriente.

Etelbina Gómez, pionera de Mi Cucho fue la primera adulta mayor en inscribirse a la aplicación y ha visto cómo han aumentado sus ingresos en los últimos meses.

«Yo me la pasaba haciendo todo tipo de trámites para ver si me responden por mi pensión. Me volví experta tramitóloga y ahora que salió la aplicación aprovecho para ganarme unos pesitos. La pensión todavía no me ha salido, pero con esto al menos completo lo del mes».

La aplicación usa tecnología GPS para geolocalizar al adulto mayor más cercano al usuario. Cuando este llega donde quien lo pidió, comienza a rodar la tarifa de alquiler que en ningún caso supera los 30.000 pesos diarios. En el momento que se entregan los papeles al usuario, el taxímetro se detiene y la aplicación hace el cargo a la tarjeta de crédito.

«Hemos pensado en todo. Nuestros cuchos (como llama la aplicación a los ancianos) nunca van con dinero en efectivo, sino que todo lo hacemos con transacciones electrónicas. El usuario tiene la ubicación en tiempo real de su cucho para verificar que efectivamente esté haciendo los trámites encargados y no cualquier otra cosa. En caso de debilitamiento, todos llevan un termo con un litro de sopa de platano colicero.Como ve, la vida se hace más fácil cuando se cuenta con la tecnología y las ganas de salir adelante».

Desde ya, Jaramillo trabaja en la implementación de otros servicios derivados como Mi cucho concerts (para filas de conciertos), Mi cucho express (para filas rápidas) y Mi cucho gourmet, este último para hacer fila en restaurantes.

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