Publicado el por en Política.

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Ante los nulos avances en los contactos entre Fecode y el Ministerio de Educación para poner fin al paro que adelante el magisterio, una delegación compuesta por negociadores élite de Fecode, cada uno con más de cuarenta pliegos de peticiones negociados a cuestas y por lo menos quince huelgas de hambre, acaba de partir rumbo a La Habana.

La idea del grupo es instalarse en una suite del Hotel Meliá Cohiba y desde ahí intentar comenzar el hasta ahora frustrado diálogo con el Gobierno Nacional. «Esto porque está más que demostrado que el Ejecutivo solo tiene ojos y oídos para los que están en La Habana. Entonces listo, perfecto, si eso es lo que quieren, pues nos vamos para La Habana, no hay problema», afirmó Tarcisio Bohórquez, uno de los viajeros.

«Llevamos celulares con roaming y ya verificamos que el hotel tuviera buen Internet. Menos mal los compañeros tenían todos bastantes millas acumuladas gracias a que viajar en ejecutiva permite sumar doble y además son todos socios del club Meliá Platino, entonces por cuenta del magisterio solo irán los viáticos y los mojitos, porque con algo tocará hidratarse», añadió medio en serio, medio en broma Bohórquez.

Enterados del hecho, los negociadores de las Farc expresaron su «solidaridad irrestricta con el movimiento sindical» y ofrecieron servir de anfitriones de sus delegados. «Como Calarcá ronca como un ñu, entonces en su cuarto hay tres camas libres. Romaña se levantó una novia y poco duerme en la casa, si acaso viene a que le laven la ropa y a desayunar a veces, ahí hay otras dos camas. Y Márquez siempre se queda dormido viendo TV y ahí amanece, entonces en su cuarto se pueden quedar también. Y si quedan haciendo falta camas pues hacemos cama franca revolucionaria», afirmó fuera de micrófono a este portal un integrante de la delegación guerrillera. Ante el ofrecimiento, los maestros se mostraron agradecidos, pero dijeron que su intención «es no molestar a nadie».

Enterada del desplazamiento, la Ministra Gina Parody se mostró entusiasmada en tanto conserva gratos recuerdos de su excursión de once grado a Varadero, pero al enterarse de que sería en La Habana donde se radicaría la contraparte se mostró desilusionada y reiteró su postura de no diálogo hasta que se decrete el fin del cese de actividades.

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