Publicado el por en Interné, Política.

En perfecto estado llegaron anoche al puerto de Buenaventura tres contenedores de miedo.

Una empresa creada por dos emprendedores paisas los importó con el fin de distribuirlo en el país mediante redes sociales y Whatsapp con motivo, en particular, de las elecciones del año que viene.

«Nuestra única militancia es la que tenemos en la innovación y el emprendimiento, por favor no nos vinculen con ninguna ideología, que eso nos genera costos», aseguró William Aranzazu, uno de ellos.

Aranzazu, natural de Guarne, explica que en su portafolio aparecen clientes de todo el espectro político y que el mismo se vende en jarabe concentrado el cual debe diluirse para su posterior distribución sobre todo en cadenas de Whatsapp dirigidas a tías de todos los estratos y regiones.

«Este que estamos trayendo, que viene de Rusia es de una cepa que pelecha mucho en tías y suegras. Es de la misma que usaron para elegir al doctor Trump».

Indagado sobre detalles de su contabilidad, admite que por lo menos un contenedor ya fue negociado con el Centro Democrático, cliente platino de su firma. Se trata de la materia prima de su iniciativa para convencer a los colombianos de que es inminente el desmbarco del castrochavismomasónrayohomosexualizadorateo.

«Pero no crea, eso tiene salida para todo lado, yo le digo que para febrero ya nos toca ir haciendo el siguiente pedido. Es que nos llaman los del Polo, los de Marcha Patriótica y la Farc también. Ellos lo necesitan para su cuento de que va a venir la conspiración del gran capital, los petristas para lo de la ‘chupameelculo’ que dicen que va a armarse en Bogotá donde construyan el tal Transmilenio por la séptima y a su vez los Peñalosistas para lo de la Sodoma y Gomorra que se volvería esa ciudad donde Petro gane la revocatoria y ponga a Hollman de alcalde».

Asegura que si bien los políticos compran al por mayor, el negocio también tiene una línea importante por cuenta del menudeo dirigido a hogares e iglesias, sus clientes más antiguos, razón por la que gozan de descuentos que no son válidos para movimientos políticos, sobre todo si son basados en firmas.

«Tenemos toda una red hogar, nos lo piden mucho en esas casas donde todavía, Dios bendito, se cultiva el patriótico temor al Coco para aconductar a los peladitos».

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