Publicado el por en Bogotá.

Un hecho que le daría la razón a los millones de conductores neuróticos del país que a diario recurren al pito como herramienta para mejorar la movilidad ocurrió hoy en Bogotá.

«La 13 al Occidente como por la Boyacá estaba retrancada, mal. Pité una vez y avancé como 100 metros de la nada, luego volví a pitar más larguito y yo no sé qué pasó pero empezó eso a fluir, a la tercera pité al tiempo que metía la pata con toda porque estaba ya despejado y levanté 110, una bendición, yo soy muy creyente», asegura Vladimir Poveda, el protagonista de la historia.

«A veces no hace falta que amplíen la vía, modifiquen el pico y placa o  que la gente no saque tanto su carro y más bien lo comparta sino simplemente un pitazo con el timbre adecuado en el momento preciso. Eso se llama en el argot paradoja del agente Guerrero, no ocurre con frecuencia, pero pasa», aseguró a AP un experto en movilidad que fue enfático en pedir reserva de su identidad.

De este suceso se han agarrado las marcas que desde el año pasado ofrecen, solo para la capital, carros con pito permanente.

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