Publicado el por en Aunque usted nos lo crea, Cali, Nacional.

Esta triste historia tuvo lugar en el barrio Olaya Herrera, ubicado en el norte de la capital del Valle del Cauca.

Allí la familia Olmedo sufre un drama que se creía era exclusivo de los oriundos de las regiones centrales del país: su hijo Erick ha sufrido desde su nacimiento la terrible condición de no tener ritmo ni coordinación motora alguna entre sus pies, caderas y hombros. Algo que ha producido un sufrimiento inenarrable entre su familia que dice no soportar más tal flagelo. Preocupados solo esperan que la entrada a la adolescencia del niño no abra las puertas de una época de discriminación y maltrato en el colegio.

«Lo hemos metido en cursos de baile,de yoga, le hemos puesto entrenadores personales y nada, el pelao no suelta las caderas. Una semana entera lo dejamos en el Guabal pa ver si allá lo enseñaban pero es que a él no le responde… Usted no sabe el dolor que siente un padre al ver que su hijo se pueda quedar soltero si no saca a bailar a una pelaa. Se mueve más el Cristo Rey», aseguró el padre de Erick.

Por ahora la familia no puede hacer mucho y solo esperan que cuando el niño tenga edad para tomar afloje un poco. En ello enfocan sus oraciones y ruegos.

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