La carrera por la Presidencia de Colombia está que arde y tiene hoy un nuevo ingrediente, que promete dar de qué hablar.
Los reconocidos muñecos Kini y Lalo, del afamado ventrílocuo venezolano Carlos Donoso, demandaron ayer por competencia desleal y usurpación de marca, al candidato presidencial por el Centro Democrático, Iván Duque.
En breves declaraciones dadas a los medios de comunicación, Kini señaló: “Él no es él y todos lo saben, cónchale vale, él lo sabe y Él también. Están casi suplantando nuestra identidad, imitando nuestras capacidades actorales y copiando nuestro modelo de mover lo hilos para hacer reír a los colombianos por años. Me saca la piedra”.
Al ser consultado sobre el particular, Iván Duque dijo en su cuenta de Twitter: “No soy un títere ni Uribe es el titiritero. Acá cero maquillaje y 101% de independencia. Yo no soy payaso de nadie, amiguitos”.
La Asociación de Venezolanos en Colombia, que prepara un cacerolazo para la próxima semana, estima que Kini y Lalo son sólo dos de los más de 1.200.000 venezolanos (entre legales e ilegales) que residen aquí y que buscan cómo ganarse la vida honradamente como para que les roben las ideas.
El anuncio cayó como un baldado de agua fría en la campaña del Centro Democrático, donde ya se habían mandado a imprimir camisetas y botones de Duque con el mentón partido, como de ventriloquía. “No pensábamos que fuera tan evidente, pero estamos buscando las estrategias de márketing político adecuadas que nos permitan marcar un factor de diferenciación entre el candidato y su jefe”, explicó un asesor del Centro Democrático.
Según Patricio Pardo de Brigard, abogado de Kini y Lalo, “ya se radicó la respectiva demanda por competencia desleal y se dará inicio a las demás acciones legales a que haya lugar, con tal de salvaguardar los derechos intelectuales y al trabajo de los tradicionales personajes”.
La Superintendencia de Industria y Comercio admitió la demanda, ya que en su concepto, “no hemos podido escuchar una sola propuesta que venga del propio candidato, sino de sus asesores”.
El Superintendente, Pablo Felipe Robledo, recalcó en un comunicado que “la investigación avanza e iremos hasta la últimas consecuencias porque no dejaremos títere con cabeza”.
Humberto Monsalve, corresponsal
