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El ingenio colombiano vuelve a decir ‘presente’. Esta vez gracias al invento de dos jóvenes emprendedores paisas que convenció a las autoridades sanitarias brasileñas para ser usado como arma contra el mosquito aedes aegypti, transmisor del virus del Zika.

Se trata de la implementación en los escenarios de los próximos Juegos Olímpicos de bolsas gigantes de agua, a la usanza de las que con mucha frecuencia se ven en paraderos, fondas, almorzaderos y estaderos colombianos.

«Es una solución económica, eficiente y sosteniblemijo», asegura William Aranzazu, uno de los responsables del invento. «Al comienzo no nos creyeron mucho, pero los invitamos un fin de semana a ‘medallo’ y ellos mismos con sus propios ojos constataron lo efectivo de la tecnología papá. Los sentamos en una mesa tetiada de comida y ni un mosquito, ¿oiste? Ni uno solo gracias a la bolsa y a la vela». Respecto a la vela, el asunto no representó mayor problema dado que en todos los recintos estará encendida una réplica de la llama olímpica que la suplirá.

La idea es que al final de cada jornada, el agua de las bolsas se desocupe sobre los asistentes solucionando así, de paso, un grave problema sanitario que tenía en ascuas al comité organizador. «Le queremos meter un toque colombiano y hemos pedido, y han aceptado, que sea el baño mundial por la paz de Colombia».

Como medida adicional de control, la empresa de los emprendedores se comprometió a ubicar en los ingresos de los distintos escenarios jóvenes agitarán de 7 AM a 11 PM  una bayetilla roja. De nuevo, a la usanza de todos los que, desde tiempos inmemoriales en los distintos restaurantes de las vías colombianas se paran en su entrada para espantar a los insectos con potencial de molestar a los comensales.

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