Publicado el por en Bogotá, Innovación.

BusetasHollywood

Con total éxito avanza el programa de reconversión laboral que le ha permitido a numerosos choferes veteranos de la guerra del centavo explorar nuevas posibilidades profesionales en Hollywood como conductores de vehículos en escenas de alto riesgo.

El desplazamiento de los antiguos conductores de buses, colectivos y busetas a Los Ángeles ha sido posible gracias al convenio suscrito entre Transmilenio S.A., la Secretaría de Movilidad y la Motion Picture Association of America en el marco del TLC entra ambas naciones para facilitar la emigración de estas personas y sus familias así como su inmediata vinculación laboral dadas sus habilidades –reconocidas y valoradas en todo el planeta- para la conducción defensiva y las maniobras extremas sin perder en ningún momento el control de automotor.

Ha sido tal el suceso que la bola se ha regado rápidamente y los productores de películas de acción ya solo quieren talento colombiano para las escenas con mayor dosis de adrenalina. “Está bueno el camello y, para que le miento, fácil. Uno trabaja apenas cuatro horas, no 23 como en Bogotá y se hace lo que allá se haría en seis meses. Nos tocan vainas como saltar un precipicio, andar par cuadras en dos ruedas, echarle encima el carro a otro, lo mismo que hacíamos allá”, afirma Henry Pongutá, uno de los beneficiarios.

Ante la pregunta de cuál ha sido el mayor reto hasta ahora, esto dijo: “Nada, nada que lo haga de verdad exigirse a uno. Lo máximo fue qué días que tocó brincar del carro por la ventana poquito antes de que echara candela. Acá le metieron mucho misterio, no sabían que en Bogotá lo hacíamos a cada rato cuando nos tocaba goterearlo o purgar el carburador. Incluso acá es más fácil porque no es con pasajeros adentro”, afirmó durante una pausa del rodaje del remake de «Rápido y furioso» que por sugerencia de ellos se llamará «Rápido y cabreado».

La gran acogida de esta nueva mano de obra llegó en algún momento a inquietar al sindicato de conductores de alto riesgo de Hollywood, inconformidad que pronto fue disipada por los mismos ases del volante criollos que ante el tímido reclamo del presidente de este gremio le respondieron, cruceta –de plástico, china, comprada en Wall Mart-  en mano, “qué va pirobo, ¿algún problema?¿No le gustó? ¿no va a dejar trabajar? Vaya diciendo gonorrea…”.

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