Publicado el por en Economía.

Así como el día de la Madre, el del Amor y la amistad o la fiesta de la Inmaculada Concepción, el Paro Camionero se ha convertido en un hito anual que poco a poco se ha insertado en la rutina -e incluso en el corazón- de todos los colombianos

A fuerza de realizar uno cada doce meses, los organizadores de este han logrado que este haga el tránsito de protesta ocasional, a verdadero ritual que hace parte del patrimonio inmaterial de la nación. Para ello han puesto lo mejor de su ingenio en la búsqueda de todo tipo de privilegios, sin importar cuan lesivos resulten para la economía del país. Pero se trata, valga reconocerlo de un esfuerzo en el que también ha puesto los suyo el Estado que, mediante promesas incumplidas y todo tipo de ‘conejos’, ha garantizado que el fin de un cese de actividades del gremio sea también el comienzo de la cuenta regresiva del siguiente.

Atendiendo la anterior realidad, los fabricantes de calendarios, asesorados por los dirigentes gremiales y el Ministerio de Trabajo, han decidido incluir dicha fecha en sus ediciones para el año que ya comenzó. Aseguran que es un aporte para todos aquellos que se ven perjudicados por esta protesta, toda vez que les permite aprovisionarse con suficiente antelación de los bienes que suelen escasear durante esos días. «Es un paso más en el camino de la resiliencia, saber cuándo es el paro con antelación, permite activar planes de contingencia y lograr que, incluso ni se sienta», aseguró un vocero de Fenalco.

La fecha del mismo, y que aparece en los calendarios, se calculó luego de hallar el equinocio vernal, o primer día de primavera. Después se buscó la siguiente luna llena y la tercera tanda de partidos aplazados de la Liga Águila. El paro comenzará el miércoles siguiente (lo que motivará, por cierto, la cuarta tanda de partidos aplazados de la Liga).

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