Las medidas de choque implementadas por el vicepresidente Germán Vargas Lleras con miras a inaugurar la mayor cantidad de obras posibles incluyen la contratación de los populares minions.
Al respecto, el funcionario explica: «Los minions son chiquitos, trabajadores, cumplen plazos y no andan pensando en la adición presupuestal, el otrosí, o en demandas al Estado. Por otro lado, son más bonitos que cualquier Sarmiento Angulo y además tienen buen corazón».
Estos trabajadores llegarán al país en un contenedor el próximo mes al puerto de Buenaventura, y desde ya el vicepresidente ha dado instrucciones a la DIAN para que facilite el trámite de nacionalización, ya que los pequeños pueden morir si se les abandona por periodos prolongados en espacios cerrados.
«Tenemos calculado que se mueran unos cuatro o cinco en el puerto mientras se nacionaliza el contenedor y otros quince en el viaje desde Buenaventura a Bogotá, pero todos son riesgos calculados y precisamente para eso los traemos, para que terminen las obras viales que harán que ese mismo trayecto se reduzca sensiblemente. Es un aliciente para tener en alto la moral de estos pequeños», complementó Isaias Cancino, segundo secretario (e) de comunicaciones del Instituto Nacional de Concesiones.
La gran ventaja de los minions -en palabras de Vargas Lleras- es que trabajan por prestación de servicios, no gastan tiempo en reuniones, no saben lo que es el amigo secreto para celebrar Amor y Amistad, no están agremiados y tienen fama de lograr las metas que se proponen, algo que el trabajador colombiano muy difícilmente puede equiparar.
Los minions comenzarán por terminar el trabajo de la doble calzada Bogotá – Tunja en los tramos inconclusos de Puente de Boyacá y Gachancipá. Luego, serán trasladados a la obras en el sector de Loboguerrero en la vía que une el litoral Pacífico con el Valle del Cauca. Posteriormente, se espera que trabajen en la culminación del Túnel de la Línea, la doble calzada de la Vía al Llano y una casita «para que se puedan quedar ahí los escoltas y no tengamos que verlos todo el día» en la finca del inminente candidato a la presidencia.
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