Publicado el por en Bogotá.

Cudecom

Uno de los más grandes logros de la ingeniería nacional, el haber logrado correr un edificio, el Cudecom, de diez pisos, varios metros para darle paso a la ampliación de la calle 19 en octubre de 1974, en pleno centro de Bogotá, está hoy amenazado.

Todo por cuenta de una tutela que hoy fallará un juez de Bogotá en la que se le ordena al Consejo de Administración del inmueble «adelantar los trámites y gestiones, así como las labores de ingeniería necesarias para que el edificio retorne a sus coordenadas originales».

La absurda decisión es fruto de una acción legal entablada por Rodolfo Chinchilla Jácome, uno de los copropietarios originales quien asegura que con el traslado se le violó su derecho fundamental a elegir libremente la residencia, entre otros, causándole, además, múltiples perjuicios.

«A mí me gustaba la ubicación anterior, porque desde ahí tenía un ángulo privilegiado en mi observación diaria del atardecer. Con el traslado cambió el ángulo de penetración de los rayos solares a mi hogar, elemento a partir del cual yo había hecho toda la arquitectura energética de mi residencia porque yo creo mucho en el  Feng-Shui. Luego de eso vino un desbarajuste que alcanzó todos los aspectos de mi vida: me divorcié, me echaron del trabajo, no pude con el Upac y me embargaron el apartamento, ayer no más me llegaron unos masapanes y unas flores por ser uno de los diez reportados más antiguos de Datacrédito y, como si lo anterior fuera poco,  mi hijo mayor creció y le empezó a gustar la música de Arjona».

Consultada al respecto, la Secretaría de Planeación aseguró que le brindará total respaldo a Chinchilla, «pues en la Bogotá Humana el derecho al equilibrio energético y al bienestar holístico de una persona prevalece sobre caprichos mafiosos-tardíocapitalistas como el de la caprichosa pretención de una movilidad fluida para el resto de la ciudadanía».

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