Publicado el por en Miscelánea, Salud y bienestar.

Según lo confirmó hoy Ruby Perdomo, secretaria de prensa del Ministerio de Educación Nacional, el comité encargado de estipular los parámetros de medición del polémico ranking de universidades revelado en días pasados optó también por evaluar la calidad del tinto que se expende en todas las universidades del país como un elemento primordial para determinar el status académico de las instituciones.

“Consideramos aspectos como textura, sabor y aroma del café, como los factores concluyentes para los posicionamientos. También contratamos varios expertos catadores, provenientes de Canadá, Japón, Inglaterra y Estados Unidos, a quienes logramos infiltrar en las universidades, principalmente en las públicas, para realizar las catas respectivas sin levantar la mínima sospecha entre la comunidad universitaria”, aseguró el Dr. Venancio Cuellar-Chitiva, asesor académico del ministerio.

Con ayuda de un traductor, Sakito Kimabu, catador japonés, manifestó su rotundo rechazo al sabor quemado que posee la bebida nacional: “el café que se vende en estos recintos es completamente deficiente en todas sus cualidades innatas. Sabe a polietileno quemado, es muy aguado, no cumple funciones energéticas para la concentración ni quita el sueño, factores necesarios para el excelente desempeño académico”, afirmó.

Por supuesto, los resultados fueron ampliamente desfavorables entre aquellas universidades donde difícilmente hay asomos de nuevas tecnologías para el expendio del café. No obstante, representantes rectorales de Bogotá, Valle del Cauca, Santander y Antioquia, manifestaron que el mejoramiento de las cafeteras también ha sido incluido en los planes de adopción de nuevas tecnologías para el bienestar de toda la comunidad universitaria.

Como era de esperarse, las voces del descontento no tardaron en oírse. Elber Fernando Padierna, representante popular de la Mesa Amplia Regional de Estudiantes de Antioquia (MAREA) lo explicó en tono altisonante: “nuestra postura como sujetos políticos y como estudiantes críticos de la realidad global es impedir la irrupción del capital transnacional en nuestras universidades. ¡Rechazamos empresas oligárquicas como Juan Valdez®, Oma®  y De Lolita®, cómplices del maltrato al proletariado, por tratar de usurpar un patrimonio gastronómico e identitario, perteneciente a las masas universitarias; masas que seguiremos en el fragor de la lucha popular para impedir que se cambien las grecas viejas y la utilización de filtros desechables en la preparación del tinto”.

Así las cosas, sin poder hallar un punto de equilibrio en esta difícil situación que compromete el futuro de las IES, los debates sobre las posiciones de las universidades en los rankings seguirán caldeando los ánimos entre la comunidad universitaria del país.

Para AP, informó Willington Figueroa.

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