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En voz baja se expresa en el edificio que le correspondió a Colombia en la Villa Olímpica la molestia de varios atletas que han tenido que bañarse con agua fría.

La razón es que, no obstante estar equipado con calentadores de agua el edificio, esta no alcanza para todos los residentes y la razón serían los kilométricos baños de la gobernadora del Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro, autoclasificada a las justas en las que estaría haciendo, según se ha comentado “barras paralelas”.

“Nadie te lo va a sostener porque vos sabés que ella se mueve muy bien en todo eso de la política y, además, en Colombia pasa que si vos sos deportista inmediatamente perdés todos tus derechos y cualquier cosa que te atrevas a criticar ahí mismo te caen con lo de sindicalista, mirá lo que le pasó a esta pelada Montoya de la selección que tuvo pelotas para pelear por los premios”, afirma un integrante –vallecaucano a todas luces- de la delegación que pidió mantener su nombre en reserva.

La inconformidad va más allá: al parecer, tanto el azúcar del desayuno como la salsa de tomate del almuerzo ya son monopolio del batallón de directivos de los distintos deportes y, según denuncian, estarían cobrando por el acceso a ambos. En la puerta del ascensor cuelga desde el primer día un aviso que reza “Uso exclusivo VIP. Terminantemente prohibidas mascotas y deportistas”.

 

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