Publicado el por en Política, Sociales, Tendencias.

PapaAndres
«Ay, tan queridos, muchas gracias, pero yo como que mejor paso», parece decir el Pontífice.

Se siguen conociendo detalles en torno a la próxima visita del Sumo Pontífice al país. La más reciente es más bien anecdótica y es la petición expresa que el jerarca le hizo a monseñor Rubén Salazar de que su periplo por tierras colombianas no incluyera una parada en el popular restaurante y «rumbiadero» Andrés Carne de Res, lugar que en los últimos años se ha convertido en escala obligada de cuanto turista incauto visita al país.

Y es que una vez se conoció la misiva firmada por el Secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin con la aceptación, inmediatamente se escucharon voces en el equipo de asesores presidencial sobre la necesidad de incluir a dicho establecimiento en su agenda.

«Reserven la última noche para llevarlo a Andrés», planteó una asesora conocida como «la Tuti». «OOOOoobvio hay que llevarlo», añadió «Maca» con un sutil movimiento de caderas, «Uy, ¿pero será que sí se le mide?, pues, es que es un Papa, no sé, ese voltaje…» cuestionó otro de los presentes, «Claro, si ese man es redescomplicado y seguro tooodoooo el mundo le ha hablado de Andrés. Es que venir a Colombia y no ir a Andrés es como, pues, nada, no haber venido. En vez de que lo lleven al Chocó que qué oso pues mejor que vaya a Andrés que allá la pasa bueno y de paso conoce lo que vale la pena conocer de acá», concluyó «la Tuti».

Y en principio algo de razón tenía pues a Bergoglio  la idea de asistir a un lugar de esparcimiento nocturno no le incomoda del todo, pues estaría en su línea de ir a buscar a los necesitados de alivio espiritual a sus madrigueras y él está informado de que allí los hay por toneladas. No obstante, lo que lo llevó a hacer esta exigencia es sobre todo el problema interno que esto le supondría, sobre todo a nivel de la curia romana.

«Desde que lo eligieron él ha insistido en que no tiene presentación que un alto jerarca de la iglesia incurra en gastos suntuarios. Tú sabes que él, justo por eso, tiene muchos enemigos allá adentro, que serían implacables sí se enteran de que consumió un jugo de mandarina de 20 dólares o una botella de agua de 30», declaró a AP un reconocido vaticanólogo que pidió reserva de su identidad pues es cliente frecuente del lugar.

Comentarios

Comentarios