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cafalandia

El santuario arqueológico de Machu Picchu en el Perú no es el único destino turístico del planeta afectado por la nueva moda del turismo nudista.  

Desde hace varias semanas y sin consideración con la presencia de familias en el lugar, visitantes provenientes principalmente de Estados Unidos y Europa, donde Cafalandia ha experimentado un insospechado auge entre los turistas alternativos que buscan parajes «kitsch», han irrumpido en sus instalaciones como Dios los trajo al mundo, provocando bastante sorpresa, algo de rechazo, considerable escándalo y no pocos chistes verdes de dudoso nivel que harían sonrojar a la mismísima «Nena» Jiménez.

La administración del Centro Vacacional Cafam Melgar, en donde está ubicada Cafalandia, anunció que han redoblado los controles, pues esto claramente no está permitido, no sin antes advertir «que está gente se va es pelando en un dos por tres y donde no los ven las cámaras, y sí, es verdad, que en algunos casos nuestros hombres y mujeres quedan gratamente sorprendidos por los atributos del visitante como tal y se puede haber dado el caso de que prefieran la contemplación a la acción, situación que ameritará, desde luego, tomar correctivos».

La alcaldía, por su parte, expresó máxima preocupación y recalcó en la campaña que adelantan por transformar la imagen de este municipio tolimense que en el pasado ya ha estado ligado a escándalos que combinan nudismo, olor a bloqueador, a pollo asado y plan de piscina.

En este sentido, una fuente de la administración municipal aseguró que «esto nos cae en pésimo momento, pues estamos justamente elevando todos los recursos ante la Academia de la Lengua para que enmienden el error que cometieron al admitir el verbo melgar en la última actualización del diccionario». Como es bien conocido, hace unos meses generó polémica la inclusión de dicho colombianismo entendido como: «entregarse al goce, la lujuria y la lascivia en lapso de máximo un fin de semana y en locación vacacional de clima tropical».

Para sorpresa de muchos, están también los que ven con buenos ojos el hecho. Es el caso de Margarita Peña, concejal por el movimiento holístico tolimense: «A mí no me parece tan grave, al contrario, creo que es algo que pone al municipio en la órbita de los principales turísticos del mundo y de lo de la encuerada pues que le digo,  eso ya cada vez tiene menos misterio. Los niños y jóvenes ven personas en viringa en internet, en la tele, en las revistas mientras hacen fila en los supermercados. Además, la desnudez, como el sexo, es algo muy natural, es algo hermoso, una expresión de la perfección del cosmos universal».

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