Publicado el por en Judicial, Nacional.

Sí buenas, escuchamos sonando unas ollas...

Aprovechando la aprobación por parte del Senado del nuevo Código de Policía, que permite que los policías ingresen a cualquier vivienda, una familia en Bucaramanga está recibiendo la visita constante de uniformados a la hora de comer.

En primer debate se aprobó, entre otros asuntos, el ingreso de la policía a cualquier a casa por “alteración de la conciencia por sustancias alcohólicas o psicoactivas, que se presenten riñas, para preservar la seguridad, en persecución de una persona o cuando se altere la convivencia”.

Aunque faltan tres debates, uno en Senado y dos en Cámara, desde ya algunos uniformados están sacando provecho de las medidas. “Ya no nos alcanza el mercado”, dice una de las afectadas, que pidió reservar su identidad. “Eso era una timbradera a la hora del desayuno, del almuerzo y de las medias nueves… Preferimos darles copia de la llave para no tener que salir a abrirles. El baño se nos volvió público y esos hijuemadres dejan el bizcocho siempre sucio. Estamos cansados de esto”, enfatizó, indignada.

“Nos duele que miembros de la institución abusen de estas medidas, que sólo tienen como objeto facilitar la labor de la fuerza pública para criminalizar a todos los ciudadanos. Cualquier abuso que se salga de lo normal será investigado hasta las últimas consecuencias”, dijo el general Rodolfo Palomino desde la terraza de un vecino, que tuvo que abrir la puerta gracias al nuevo código.

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