Publicado el por en Interné, Tendencias.

En pleno centro histórico de Cartagena abrió sus puertas la semana pasada «Burro»,  un restaurante con una nueva propuesta gastronómica de sabores mediterráneos mezclados con comida local.

Pero este lugar no ha llamado la atención por su menú, ni siquiera por su polémico nombre, sino porque apenas siete días después de su inauguración ya acumula más de diez demandas en su contra. La razón: todos los comensales que pidan un plato, están obligados a fotografiarlo y publicar la imagen en la red social Instagram acompañada del texto «comiendo burro, ñomi ñomi».

«El restaurante quiere que todo el mundo sepa lo bueno que somos y por eso toma esta innovadora medida, es solo eso», asegura Piero Pacalzzone, propietario del sitio.

«Decidimos hacerlo porque el cliente cuando viene y pone un pie adentro, esta aceptando las condiciones de nuestro lugar… Es sencillo, si no le toma una foto al plato y nos etiqueta pues paga el doble de la cuenta. Hemos recibido más de 600 personas y de ellas 582 por iniciativa propia lo han hecho, sin necesidad de que les dijéramos nada, los que se han molestado y han acudido a la justicia -que están en su derecho- son aquellos a los que esa tarde les habían robado el celular».

Aquellos comensales se las han tenido que ver con una multa que varía según el valor del plato.

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