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A pesar de los intercambios de niños, el jardín es completamente normal.

Vecinos del barrio Rosales se encuentran enfrentados por la apertura de un jardín infantil de la franquicia internacional Swinger Kinder.

La polémica se origina en el concepto educativo de intercambio de familias. Los papás pueden dejar en la mañana a sus hijos y en la tarde recoger a otro de la misma edad y sexo. Al día siguiente pueden recuperar a sus pequeños, pues cada intercambio solo puede durar un día.

Según dice la información de su sitio web, la marca está presente en 11 países y tiene 6 años de existencia. Su creador es el psicopedagogo infantil holandés Helmut Koons. El jardín, inaugurado en el exclusivo barrio de Bogotá, es el #54 de esta franquicia.

“Estamos aterrados con la presencia de esta abominación en el barrio”, comentó airadamente Sergio Córdoba, quien tiene su vivienda a dos casas del jardín. “¿Con qué valores está esa gente criando a sus hijos? No entendemos”, puntualizó.

Sin embargo, algunos vecinos están a favor de esta innovadora propuesta educativa. “El jardín debe quedarse. Es un símbolo de innovación y diversidad. Me parece excelente que los niños puedan conocer varias familias en su primera infancia”, comentó Violeta López. “Yo no tendría problema en matricular ahí a mis hijos, si los tuviera”, agregó.

Aunque hemos tratado de comunicarnos con la rectora del jardín infantil, Cecilia Geldof, no ha sido posible recibir una respuesta oficial.

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