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Del asunto se viene hablando en voz baja desde hace varios meses entre las divas de la farándula y la preocupación va en aumento: mostrar los senos genera cada vez menos revuelo y, en consecuencia, atención, reconocimiento y, cómo no, dinero.

“Yo envidio a mi madre, que mi Dios la tenga en su gloria,  que fue de las primeras que posó topless y sí, claro, ooobvio que fue tremendo escándalo: el párroco la amenazó con excomunión, mi abuelo la echó de la casa, dicen que el tendero hasta dejó de fiarle por presión las señoras de la liga de la decencia pero que igual le decía que cuando quisiera la atendía. En fin, el caso es que por esa decisión valiente se hizo a un nombre, nunca le faltaron ni trabajo ni capos y gracias a eso nos pudo dar universidad a las cuatro y sacarnos adelante, un poco a empellones, pero aquí estamos”, asegura una reconocida modelo, hija de una vedette de los años setenta.

Lo cierto es que desde que proliferaron las publicaciones con desnudos y las producciones audiovisuales con escenas de cama en un país otrora mojigato, la exhibición pública del pezón ya no reporta mayores dividendos. “Para qué te voy a decir mentiras, antes todas teníamos esa especie de seguro; cuando veíamos que estábamos varadas, enculebradas y por favor no pienses mal, pues pelábamos teta, armábamos escándalo y ahí nos volvíamos a cuadrar, a posicionar. Uno sonaba como por un mes y era la gloria. Hoy ya no. He sabido de casos de peladas que a las que incluso les han pagado para que se tapen, el mundo al revés, se perdieron los valores, qué tristeza”, añade.

“Tenemos el caso conmovedor de una niña de Palmira, pobre, desde bien pequeña preparándose para eso, hace una semana se destapó por fin en su cuenta de Instagram y no solo nadie le dio like sino que perdió followers. Dramático, doloroso, y el gobierno indolente ante un sector que tantas satisfacciones le ha dado al país”.

Al parecer, avanza una iniciativa liderada por un grupo de reconocidas sex symbols de Boyacá para posicionar pronto una nueva parte del cuerpo como objeto de deseo, revistiéndola de las connotaciones eróticas de las que por décadas gozó el pezón. El trabajo se estaría haciendo de la mano con distintas iglesias, quienes se encargarían del barniz de prohibición necesario.

“Sí, es verdad, no sé cómo te enteraste, pero en eso están y ojalá lo logren. Sé que están en fase de estudios con unos argentinos más chuuurrroooos, sé que han pensado en orejas, tobillos y dedo meñique del pie”.

Según pudo establecer este medio, todo apunta a que serán las orejas las elegidas como nueva extremidad sensual. Esto snte los altos costos que significaría implantar un nuevo órgano –se barajaron varias opciones, todos impresos en impresoras 3D-  en la población de bendecidas del país que, según Colgrillas, entidad que las protege con sede en Sabaneta, Antioquia,  ya ronda los 14.000. Para tal fin habría ya un acuerdo entre un importante sector del gremio para comenzar a aparecer siempre en público y en privado, con orejeras, en lo posible de peluche. Más adelante se autorizaría el uso de accesorios de este tipo con un mínimo grado de transparencia.

“Sí, la idea es que ninguna muestre oreja, al menos oreja completa, durante cinco años, pero ninguna es ninguna, o sino no funcionaría. De pronto a los dos años pueden empezar a dejar ver algo, una especie de escote auricular, pero destape total nanay cucas, ni siquiera en lo que tiene que ver con su vida de pareja como tal, para así posicionarlas, en particular al lóbulo, como carnosidad tabú y así salvar la profesión. Invitaremos a hacerlo por nuestras hijas y nietas”, puntualizó una vieja gloria del modelaje que ha decidido socializar dicha iniciativa entre sus conocidas.

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