Publicado el por en Judicial.

El nuevo código de policía que acaba de aprobar el Congreso de la República incluye una disposición que fija una multa de hasta treinta salarios mínimos mensuales legales vigentes a quien se le compruebe que, «como miembro activo de una red social, se ha autoinducido un estado de ira e intensa indignación sin un trabajo mínimo de documentación previa».

La idea es que ante cada ola de indignación, Policías vestidos de tuiteros aborden al azar a los partícipes de esta para someterlos a un interrogatorio básico que demuestre que saben lo mínimo respecto al asunto que en ese momento los saca de quicio, los lleva a perder su equilibrio espiritual y no los deja dormir.

«Funciona con un algoritmo que selecciona cuentas en las que se registra un patrón de uso de expresiones como ‘definitivamente’, ‘es el colmo’ y ‘quién se cree’, así como de hastags en la línea de ‘#Fuerza..’, ‘#PrayFor…’ y ‘#JeSuis…’,  luego las pasa por un filtro de georeferenciación, es decir, selecciona aquellas instaladas en dispositivos que muestran poco o nulo movimiento dado que es bien sabido que el 99% de los indignados de internet tienen como centro único de operaciones su sofá y de ahí solo se paran para ver qué les preparó la mamá de comer o para darle al mensajero la cuenta de cobro para que la radique en la entidad pública con la que tienen contrato», explica un oficial de la Policía quien tendrá la responsabilidad de llevar a la práctica la nueva norma.

«El cuestionario no es muy exigente. Por ejemplo, si el ciudadano está indignado con que van a vender la Universidad Nacional para construir en sus predios no se le va a pedir que tenga en la cabeza el marco legal de la educación superior en Colombia o el de la planeación y desarrollo urbano de los centros urbanos, basta con que lean el primer párrafo de la noticia más importante sobre el asunto y que se fijen en la fecha de publicación, con eso ya seguro pasan el quiz», afirmó el oficial de marras.

La noticia, como era previsible, desató una fuerte ola de indignación en las redes sociales, donde reconocidos indignados de carrera, como el poliindignado Gustavo Bolívar, han dicho que estarían incluso dispuestos a acudir personalmente al Congreso para defender el derecho a la libre indignación que incluye el de la furia desinformada. Eso sí, «siempre y cuando encontremos dónde parquear cerca, porque definitivamente, qué indignación si no».

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