Publicado el por en Política, Proceso de paz.

Un inconveniente inesperado debió sortear hoy el presidente, Juan Manuel Santos, cuando decidió salir en compañía de su familia a almorzar a un restaurante de moda del Norte de Bogotá aprovechando el festivo.

Aseguran testigos que llegado el momento de la cuenta, el mandatario sacó su tarjeta de crédito personal para efectuar el pago. Todo iba bien hasta el momento en el que el mesero le indagó a Santos por el plazo, pregunta de rigor en Colombia cuando este es el método de pago.

«Treinta y seis meses, joven, porque estoy toteado», respondió el presidente. Justo en ese instante, una duda asaltó al empleado, quien inmediatamente llamó al administrador, el cual también fue presa del escepticismo.

«Es que acá nos han dicho que todas estas cuestiones de las tarjetas, la plata, los pagos son muy muy serias y pues cuando este man me dice que 36 meses yo recuerdo que había dicho que la paz a seis meses y no cumplió, entonces, entiéndame, me entró la duda e hice lo que me correspondía: llamar al jefe», declaró el mesero.

«Yo aquí defiendo a mi gente. En eso acá somos muy estrictos, hemos capacitado al personal en detección de fraude y él solo cumplió y lo aplaudo por eso. Claro que hay que dudar de un cliente que a la hora de pagar no da motivos suficientes de credibilidad», acotó el administrador.

Ante la mala cara de Tutina, al parecer Santos no tuvo más remedio que pedir diez minutos mientras «corro aquí no más al cajero».

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