Publicado el por en Miscelánea.

papeles

En la línea marcada por el papa Francisco desde Roma de acercar a la iglesia a la vida de la gente, la Conferencia Episcopal colombiana sorprendió al afirmar, en el marco de una jornada de talleres sobre Fe y Vida cotidiana, que los milagros no se limitan a la curación de enfermedades o a la buena suerte con el Baloto.

Interrogado el vocero sobre cuál sería un buen ejemplo de milagro cotidiano, este se refirió a un drama que a diario deben enfrentar millones de Colombianos trabajadores independientes: el de la creación como proveedor.

«Es un milagro en la medida en que es algo excepcional, que llena de gozo a quien lo vive. La gracia del Señor se hace presente de muchas maneras y muchas de ellas insospechadas, yo creo que lograr reunir todos los papeles que pide una empresa, que todos estos estén bien, sin que les falte un sello o tengan un error, que además esto coincida con que la persona que los recibe esté en un buen día, de buen genio para recibirlos, revisarlos todos y no remilgar por nada, que todo eso pase en un instante es testimonio de la presencia viva de Jesucristo entre nosotros, por supuesto».

El paso siguiente para que este milagro, que según el derecho canónico entraría en la categoría «secundum genus, non beneficium», es decir, genérico sin beneficiario específico, sea plenamente avalado es encontrar tres casos en los que se pueda constatar su ocurrencia y aquí radica el principal obstáculo. Hasta donde se tiene noticia, en los últimos veinte años solo dos colombianos han logrado ser creados exitosamente como proveedores. Uno de ellos no pudo soportar la emoción y sufrió inmediatamente un paro cardio-respiratorio.

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