Publicado el por en Bogotá, Interné, Tendencias.

Una imagen que pronto veremos.

Buenas noticias trajo para Colombia el tradicional comunicado que cada jueves santo publica el Vaticano con la lista de los nuevos procesos de beatificación. Y es que entre ellos se encuentra el de un colombiano, bogotano para más señas: Freddy Perilla, quien en vida se desempeñó como community manager de Transmilenio.

Fallecido hace dos años por cuenta de una demoledora enfermedad, Perilla fue durante un lustro la persona a cargo de las cuentas de Twitter y de Facebook del controvertido sistema de transporte masivo de la capital colombiana.  Bueno recordar que este perfil es blanco diario de todo tipo de vituperios, ataques y amenazas, las cuales Perilla siempre supo soportar con «una paciencia y serenidad propia de los santos», según asegura el comité promotor de su causa.

«Era un santo. No lo dude. En días de bloqueos y protestas, esto aquí se volvía un mar de nervios, mala energía, desesperación hasta que él llegaba y no me pregunte cómo en medio de semejante crisis y descontrol él sembraba paz, comenzaba a oler a rosas», afirma un periodista con veinte años de experiencia,  tres posgrados que hoy se desempeña como dinamizador de redes sociales y que trabajó en Transmilenio.

«Tenía que haberlo visto. Su principal virtud era transformar toda, perdóneme la expresión, mierda que le botaban todo el día, a toda hora, en amor, claro que era un ser de luz, o santo si es que lo quieren llamar así los creyentes», añade una colega suya, atea «pero muy espiritual a mí manera».

Como con cualquier proceso de esta índole, fue necesario acreditar un milagro atribuible a la persona. «En la administración pasada todos saben que el día en que Petro aceptó que se había equivocado con una decisión, no le voy a decir cuál, fue por intercesión de Freddy, y sí, fue ese el milagro que elegimos para incluir en su dossier», añade el vocero de la causa.

La carpeta también incluye otras manifestaciones de carácter místico que asomaron en distintos momentos de su vida. Una de ellas, los estigmas. «No eran heridas que sangraran, con los santos antiguos, estos eran estigmas modernos. A él le pasó una vez que se le fue un DM al TL, nada puerco, pues él era casto, era algo así como ‘Tatis: recuerde ponerle el supositorio a Kaiser’. Tatis era su hermana, y Kaiser su perro, que sufría de estreñimiento y con el cuál se comunicaba en las noches, en el parque de Niza nueve, era, lejos, quien mejor lo conocía. Y bueno, el caso es que sufrió mucho con eso, entonces cada 11 de febrero, fecha en la que ocurrió, en las noches regresaban a su alma las mismas angustias y tribulaciones que lo acecharon cuando ocurrió».

«Esto no es gratuito. La iglesia, en su plan de renovación, está muy interesada en buscar historias de santidad en nuevos contextos. Para ser breve: no busquen santos en leprocomios u hogares de refugiados. Los nuevos santos van a estar en los call centers. Es necesario que todas estas nuevas profesiones, que tienen mucho de calvario, tengan su patrono urgente, por eso no dudo que Freddy será el segundo santo colombiano, y que será patrono de los community managers», declaró un reconocido vaticanólogo que pidió reserva de su identidad.

Respecto a su muerte, hay consenso. «Fue una enfermedad breve, pero muy dolorosa, se lo llevó en un mes. Ahora bien, todos los allegados sabemos que coincidió exactamente con el momento en el que comenzó a operar -y empezaron a llover quejas- del SITP. Por eso queremos que sea también reconocido como su primer mártir».

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